lunes, 29 de diciembre de 2014

Una maleta para navegar

Recuerdo mi primer viaje a Ibiza desde la península. También lo hice en un barco de chárter y llevaba una tripulación de familiares y amigos. Era mi primer viaje a las islas, lejos de la costa donde navegamos habitualmente.

Buscando un sitio donde guadar los prismáticos encontré un armario muy cómodo que estaba en uno de los camarotes de popa. Cuando lo abrí vi que estaba ocupado por unas botas enormes con tachuelas de latón, muy apropiadas seguramente para ir caminando por Londres, pero que no salieron de ese pañol en todo el viaje. Eso sí, las paseamos durante una semana por el Mediterráneo...

Cuando se navega hay que hacer un esfuerzo para no llevar muchas cosas. Al final lo que más se utiliza son los trajes de baño y las camisetas, y como calzado algo cómodo será suficiente. Se completa con un par de pantalones largos y algo con manga por si refresca. Para evitar tentaciones de meter muchas cosas, yo me pongo un límite: una mochila que pueda meter en la cabina del avión. La verdad que no se necesita más, y si hay que comprar alguna cosa en destino, pues quizá valga más la pena que pasear muchas cosas inútilmente. Otra alternativa que nosotros utilizamos es que cada uno lleve su mochila y luego entre todos se lleva una bolsa común que se factura, y ahí se introducen cosas como libros, líquidos, etc. De esa manera todo será más cómodo y económico.

Si piensas que en una mochila caben pocas cosas, aquí te dejo un vídeo que muestra cómo hacer una maleta ¡para un mes! y que se lleva dentro de la cabina del avión. Además no lleves maletas rígidas, mucho mejor bolsas de deporte (a poder ser sin ruedas, para evitar la tentación de llevar equipaje de más).

La clave: no te compliques, haz la maleta y cuando hayas terminado de hacerla, saca la mitad de las cosas. No las vas a necesitar.  Recuerda que no encontrarás mucho sitio para colgar la ropa.



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